Cómo el semiocapitalismo 

incide en la emergencia climática

La cosa es bien sencilla. Desde el momento que, en el marco de la actual fase semiocapitalista, el valor de los productos y su consiguiente apreciación por parte de los consumidores está en relación directa con la significación imaginaria construida a su favor en el marco de la producción semiótica/marketing, de ello se desprende que el funcionamiento de tales productos en los mercados estará sustancialmente distanciada de la calidad de los mismos; con el resultado de que, como señalan los expertos, los fracasos en lo que concierne al lanzamiento de nuevos productos son mucho más numerosos que los éxitos.

¿Cómo incide dicha situación en la actual y progresiva  emergencia climática? Que cada año, toda una multitud de productos perfectamente útiles, pero que no han conseguido dotarse de una significación imaginaria que los haga preferibles frente a la competencia a los ojos de sus consumidores, se convierten, antes o después, en desechos que van a parar a los correspondientes vertederos. Y esta situación se repite en cada uno de los mercados; dando así lugar a un inmenso despilfarro de materiales, materias primas y recursos energéticos que redunda de modo inmediato en una emergencia climática como la presente, cuya dimensión aumenta cada día que pasa.

¿Qué conclusión se desprende de lo anterior? Que es imprescindible avanzar, con el esfuerzo de todos, más allá de la presente fase semiocapitalista del sistema si queremos combatir desde su base una emergencia como la presente, de la que depende el destino de la propia humanidad.

 

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